Si el
agua sube a 50 metros, pasará esto: (imágenes de William Haxby)
Antes de la
llegada de la edad industrial, la concentración de CO2 en la
atmósfera era de 280 ppm (partes por millón).
- Hoy el nivel es
de 400 ppm. Esto representa un aumento de cerca del 42% en menos
de 100 años.
Para la tierra,
esto es una tasa de cambio sin precedentes, aproximadamente
10.000 años de cambio comprimido en 100 años. Hoy en día hay
más CO2 en el aire que el que hubo durante todo el período de
evolución del ser humano. La tierra está acostumbrada a
cambios lentos, no rápidos. Los cambios lentos le dan tiempo a
la biósfera y a las especies de adaptarse. Cambios rápidos
pueden causar caos biológico y perturbar la producción
agrícola. El dióxido de carbono es crítico en el control del
balance de la temperatura de la tierra porque absorbe la
radiación infrarrojo (RI), la cual es, básicamente, calor.
Al interrumpir
una enorme corriente marina, la fusión del hielo del Mar
Ártico puede desencadenar un grave descenso de las temperaturas
de Europa y Norteamérica.
El calentamiento
del planeta podría sumir a Norteamérica y a Europa en una
congelación profunda, probablemente en sólo unas pocas
décadas.
Esta es una
teoría que va ganando credibilidad entre muchos científicos
que estudian el clima. La descongelación del hielo marino que
cubre el Ártico podría alterar o incluso detener las grandes
corrientes del Océano Atlántico. Sin el inmenso calor que
proporcionan estas corrientes marinas -- comparables a la
producción de energía de un millón de centrales nucleares --
la temperatura media europea podría descender de 5 a 10 grados
centígrados (9 a 18 grados Fahrenheit), y algunas zonas de
Norteamérica se enfriarían sólo un poco menos. Este cambio en
la temperatura sería similar a las temperaturas medias del
planeta hacia el final de la última era glacial, hace
aproximadamente 20.000 años.
Algunos
científicos creen que este cambio en las corrientes marinas
puede surgir pronto, de un modo inesperado -- en un período de
tiempo tan corto como de 20 años -- según Robert Gagosian,
presidente y director de la Institución Oceanográfica Woods
Hole.
El segundo factor
es la expansión termal del agua de los océanos. A medida que
la temperatura de las aguas oceánicas aumenta y los mares se
hacen menos densos, ellos se expandirán, ocupando una mayor
superficie del planeta. Un aumento de la temperatura aceleraría
la tasa de aumento del nivel del mar.
Durante los
últimos 50 años, el nivel del mar ha subido 0,18 centímetros
por año, pero durante los últimos 12 años, la proporción es
0,3 centímetros al año. Este aumento del nivel de los mares es
consecuencia directa del calentamiento global que funde los
casquetes polares.
A lo largo de
costas relativamente llanas como las del Atlántico, o a lo
largo de costas que bordean los deltas de ríos fértiles y
altamente poblados, una subida de 1 mm en el nivel del mar causa
un retroceso de la costa de 1.5 metros.
La temperatura
terrestre se incrementa a niveles que nadie ha pronosticado, y
el ser humano sería responsable de casi la totalidad de ese
aumento.
Desde 1860 hubo
un aumento de entre 0,3 y 0,6 grados centígrados de
temperatura.
Ahora, está
entre 0,4 y 0,8 grados. El cambio observado es bastante mayor.
Esto es mayor
porque los últimos años han sido muy calientes, la última
década fue la más caliente en los últimos mil años.
El clima de la
tierra está calentándose con tanta rapidez que muchas especies
animales y vegetales no pueden sobrevivir bajo las nuevas
condiciones y desaparecerán.
La pérdida de
especies podría llegar al 20 por ciento en algunos ecosistemas
particularmente sensibles como el norte de Canadá, la planicie
tibetana y el sudeste de Australia, según el informe emitido
por el Fondo Mundial para la Vida Silvestre (WWF) y la
Fundación David Suzuki, de Canadá.
Los animales y
las plantas enfrentarán la misma opción que al final de la
última Edad de Hielo --emigrar o morir-- pero muchos no podrán
sobrevivir porque el índice de calentamiento es mucho más
rápido, dice el informe.
Algunas plantas
que necesiten climas más fríos tendrán que emigrar 100 veces
más rápido que cuando finalizó la Edad de Hielo.
"Muy pocas
especies de plantas pueden moverse a velocidades mayores que un
kilómetro por año, y sin embargo es lo que se necesitará en
muchas partes del mundo", escribieron los autores del
informe.
"El ritmo
del calentamiento podría ser muy superior que incluso hace
13.000 años, cuando los tigres con colmillos como sables y los
lanudos mamuts todavía recorrían la Tierra. Sencillamente, no
podemos seguir sentados y aceptando esta pérdida
devastadora", según David Suzuki, investigador de la
Universidad de Toronto.
Si las cosas no
cambian, se prevé un aumento de la temperatura de entre 0,2 y
0,6ºC cada 10 años; un aumento de las precipitaciones de 3% a
10% de aquí a 2050; disminución de la gama de las temperaturas
diurnas; elevación del nivel de los océanos: de 4 a 10
centímetros cada 10 años.
La temperatura
media de la Tierra será, en la década 2020-2030 entre 0,3 y
1,3 grados superior a la media de la década 1990-2000, según
una investigación realizada en el Reino Unido por Peter Stott
del Met Office en Bracknell y Jaime Kettleborough del
Laboratorio Rutherford Appleton. En sus conclusiones ambos
resaltan el hecho de que sus modelos de simulación del clima
futuro dan un aumento de temperatura similar cuando hacen
diferentes proyecciones para el futuro con distintas hipótesis
de la evolución de las emisiones de gases de efecto
invernadero.
Un informe
secreto del Pentágono, pero que no ha sido publicitado por el
gobierno de George W. Bush, hace una proyección catastrófica
de lo que será el mundo en 20 años, a consecuencia de los
cambios climáticos que se están produciendo en el planeta. El
documento, al que tuvo acceso el periódico dominical británico
The Observer, sostiene que la Tierra en 2020 podría ser
víctima de mega sequías, migraciones masivas y guerras.
El polémico
informe fue encargado por el asesor del Pentágono Andrew
Marshall, una leyenda viviente en el Departamento de Defensa
cuya influencia en el pensamiento militar estadounidense se ha
dejado notar en las últimas tres décadas. Los autores del
documento son Peter Schwartz, consultor de la CIA y ex director
de planificación de la compañía Shell y Doug Randall, de la
Global Business Network de California.
"Problema de
seguridad nacional"
En el informe se
hace un llamado a que los cambios climáticos dejen de "ser
un debate científico para convertirse en un problema de
seguridad nacional estadounidense". Un escenario inminente
de cambio climático catastrófico es "muy probable y
pondría a prueba la seguridad nacional de Estados Unidos en
formas que deben analizarse de inmediato", afirma. De
hecho, advierte que "los disturbios y los conflictos serán
rasgos endémicos de la vida".
Randall explicó
que "es una amenaza a la seguridad nacional muy particular
porque no hay un enemigo al cual apuntar las armas y no tenemos
control alguno sobre la amenaza", agregando que quizás ya
sea demasiado tarde para impedir que se produzca la catástrofe.
"No sabemos exactamente en qué punto del proceso estamos.
El Pentágono ha
tomado nota. Andrew Marshall, un planificador veterano del
Ministerio de Defensa, presentó recientemente un informe no
confidencial que describía cómo un cambio en las corrientes
marinas en el futuro próximo podría comprometer la seguridad
de Estados Unidos.
Según un informe
de 1992, de Josefino Comiso, científico del Clima en el Centro
Goddard de Vuelos Espaciales de NASA, el hielo del Ártico ha
estado disminuyendo desde el comienzo de las observaciones
satelitales en 1978, a un promedio de un 9% por década. Los
estudios con base en datos más recientes sitúan el índice en
un 14% por década, sugiriendo que la desaparición del hielo
del Océano Ártico se está acelerando.
Esto provocará
como ya se dijo, un descenso de entre 5 y 10 grados centígrados
en las temperaturas de la región.
También llevará
a graves inundaciones, en países como Noruega, Finlandia,
Suecia, Gran Bretaña, etc.
Se estima que
Gran Bretaña se convertirá en pequeñas islas:
El aumento del
nivel del mar como consecuencia del cambio climático podría
anegar Londres y otras ciudades costeras como Edimburgo o
Bristol, según un estudio.
El Reino Unido
podía convertirse en una serie de islas por culpa de ese
fenómeno, según el informe del Benfield Hazard Research
Centre, del University College, de Londres.
El calentamiento
de los casquetes polares puede provocar la fusión de las capas
de hielo y elevar el nivel de los océanos, lo que tendría
consecuencias económicas y sociales desastrosas para países
ricos y pobres.
Las naciones
isleñas de baja altura en el Pacífico se inundarán o verán
sus acuíferos de agua potable invadidos por agua salada, en tan
solo unos pocos años.
Esto afectará a
gran cantidad de países, y muchos desaparecerán en unas pocas
décadas.
Hoy en día,
naciones como las del Pacífico, islas de Indonesia, Oceanía,
norte de Canadá y Alaska ya están viendo las consecuencias, a
tal punto que los habitantes de Alaska ya han comenzado a
evacuar, y la Casa Blanca ha censurado informes:
La prueba
viviente de los efectos devastadores del calentamiento global es
la aldea esquimal de Shishmaref. Ésta ha perdido tanto terreno
en los últimos años que se ha convertido en el caso de estudio
más famoso de las consecuencias del cambio climático. Los
pocos más de 600 inuits (esquimales de la zona) que todavía
viven allí, han visto literalmente cómo el agua se ha tragado
buena parte de las playas que antaño rodeaban el pueblo, y
algunas de las casas e iglús se han caído al mar.
A eso se une que
las temperaturas en Alaska han subido una media de 4,4º C en
los últimos 30 años, lo que ha contribuido en buena medida al
deshielo de muchas zonas y ha elevado el nivel del mar.
Pero Shishmaref
no es la única que corre peligro. Según un informe del
gobierno de Alaska, otras 184 poblaciones están en riesgo por
el efecto de la erosión o las inundaciones. Cuatro de ellas ya
tienen aprobados planes de reubicación.
Durante los
últimos 50 años, el nivel del mar ha subido 0,18 centímetros
por año, pero durante los últimos 12 años, la proporción es
0,3 centímetros al año. Este aumento del nivel de los mares es
consecuencia directa del calentamiento global que funde los
casquetes polares.
A lo largo de
costas relativamente llanas como las del Atlántico, o a lo
largo de costas que bordean los deltas de ríos fértiles y
altamente poblados, una subida de 1 mm en el nivel del mar causa
un retroceso de la costa de 1.5 metros.
Entonces por
año, las costas del Atlántico disminuyen ahora en más de 4
metros.
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