El hambre, la superpoblación y el
calentamiento global se retroalimentan. Para detener la retroacción negativa
total es necesario un Gobierno Planetario controlado por Democracia Digital
Directa y aplicar fondos intensivos equivalentes al 2% del PIB mundial.
La superpoblación tiene una tasa de
crecimiento exponencial explosivo, hay que limitarla. Sólo se debe tener un
hijo por familia. El planeta posee recursos para 5.000 mil millones. Ahora
necesitamos 1 planeta y 1/2 para sobrevivir, en el 2100 serán 6. Debemos actuar
ahora!
El
problema de la contaminación y del Calentamiento Global es un derivado
de que cada vez seamos más seres humanos sobre el planeta. En el 2050
seremos 12.000 millones y en el 2100 18.000 y necesitaremos para esa
fecha casi el equivalente a los recursos naturales de 6 planetas Tierra
para alimentar nuestra voraz civilización. Si la tasa de crecimiento
vegetativo poblacional se mantuviera en el 2% anual, como sucedió en
los 80´ del siglo pasado para el 2050 seríamos 15.000 millones y para
el 2100, 30 mil millones, mientras que para el 2840 llegaríamos a
14.745,6 billones de seres humanos. Necesitando entonces la Humanidad
colonizar más de 1 millón de exoplanetas para sobrevivir. Mucho antes
que esto suceda, como los habitantes de la isla de Pascua, habremos
talado todos los bosques y matado a todos los animales y peces, por lo
que nos quedaremos sin alimentos para consumir. La contradicción será
contar con altísima tecnología y un paquete de arroz al valor de 1
millón de dólares. ¿La solución preventiva? Hacer en todos los países
como en China: 1 hijo por familia y penalizar las transgresiones. Esto
debe entenderse. Hoy ya la superpoblación consume el equivalente en
recursos a un planeta y medio por año. La Tierra puede sostener 5.000
millones, ya tenemos un exceso de 2.000 millones. Debemos proceder a
equilibrar la demanda del consumo de los recursos vitales en forma
coherente y al largo plazo.
LOS
DATOS
La
población humana mundial no es estable, cambia con un incremento rápido
y que la Tierra no puede soportar. Un ser humano necesita 31,7 años
para contar un número por segundo hasta mil millones, consumiendo 24
horas corridas durante 365 días al año. Así que, 7 mil millones de
habitantes es un número, realmente, muy significativo.
¿Cuál
es la distribución de la densidad? En Australia y Canadá, 2 habitantes
por cada kilómetro cuadrado. En Rusia 12 habitantes por kilómetro
cuadrado. En Estados Unidos 25 y en Europa 80. En India 200 y en Japón
300. Además, ¾ de la población total está agrupada en el 2% del
suelo. A mediodía en Boston hay 5.000 habitantes por kilómetro
cuadrado, en Nueva York 10 mil y en Manhattan 40 mil.
Cada
año se produce un incremento neto de 120 millones de nuevos seres
humanos. En 1980 la cifra era de 80 millones, ha aumentado un 50%. El número
es tomando en cuenta la tasa de nacimientos y defunciones anual mundial.
Equivale a introducir en el planeta todos los años, la población
equivalente a 3 argentinas. Es una tasa de incremento vegetativo del 2%
anual.
Si
el aumento de población es lineal, en 500 años serán 40 mil millones
de seres humanos sobre el planeta.
Sólo
el crecimiento cero garantiza una población mundial completamente
estabilizada en que el número de nacimientos equivale al de muertes.
El
crecimiento exponencial es explosivo. Para un 2% predice una población
de + 100 billones para dentro de 500 años. Comienza siendo lento y
luego se dispara en forma incremental.
Las
posibilidades son entonces: crecimiento cero, lineal y exponencial.
La
tasa reproductiva humana responde ahora al modelo de crecimiento
exponencial. ¿Por qué? La población humana total sobre la Tierra se
dobló y alcanzó 200 millones de personas durante el año 5000 A.C. al
año 1 D.C., demoró 50 siglos. La próxima vez se dobló en sólo 14
siglos. En 1800, sólo 4 siglos después, volvió a doblarse. A
principios del Siglo XX la duplicación bajó a 100 años, a 60 años en
1950 y, a 40 años en la actualidad. Esto indica un crecimiento
exponencial explosivo. De todos los seres humanos que han vivido sobre
el planeta, el 5% estaba vivo en 1980, 20 años después en el 2000, el
mismo número creció al 10%.
El
planeta es finito, no soporta la sobrecarga de población tendiendo a
multiplicarse al infinito dentro de mil años.
Una
base de incremento del 1,5% predice la duplicación de la población
mundial total cada 47 años. Una tasa de 0,66% haría duplicar la
población cada 100 años. Para evitar el problema la tasa de
crecimiento debe disminuir en forma permanente.
La
migración humana interestelar no es la respuesta correcta para el
mediano y largo plazo. La colonización de Marte, el planeta habitable más
cercano, demorará 500 años promedio, al ritmo de crecimiento de la
tecnología actual, según predicciones de NASA.
Si
la tasa de crecimiento se mantiene constante, la superpoblación mundial
existente para el 2050, hará necesarios 3 planetas Tierra para
abastecer de recursos críticos no renovables y renovables a la
civilización. Ya, para el 2500 serán necesarios 4496 planetas Tierra y
la población será entonces de 57,6 billones. Y ya para el año 2840, sólo
340 años después, serán necesarios 1.150.976 exoplanetas similares a
la Tierra, que según se calcula es la cifra que coincide con el total
de planetas habitables probables existentes en toda la galaxia de la Vía
Láctea.
La
multiplicación exponencial explosiva de población habrá obligado a la
Humanidad a expandirse y ocupar nuestra galaxia íntegra. Y entonces,
habrá una población humana interestelar total de 14.745,6 billones de
seres humanos. O sea, 147.456 más seres humanos que los cien mil
millones de estrellas que hay en toda la galaxia, a la cual pasaríamos
a habitar en todos sus confines. La multiplicación reproductiva humana:
¿es o no es una bomba biológica?
Para
darnos una idea, estos 14.745,6 billones apilados sobre la superficie de
la Tierra, harían una capa de más de 10 kilómetros de espesor.
Naturalmente,
no es posible aumentar nuestra inteligencia o tecnología como
resultante, a un ritmo superior al de la población. Descubrimos las
bacterias y suprimimos las enfermedades antes de aprender a fisionar y
fusionar núcleos atómicos. De ahí el disparo de superpoblación.
A
nivel de vida inferior, el límite de alimentos estabiliza el
crecimiento reproductivo de los microorganismos, después de un activo
crecimiento exponencial y a esto, sigue el canibalismo. Pero éstas, no
son soluciones para los seres humanos racionales: morirse de hambre o
comerse los unos a los otros.
Se
produce suficiente alimento para satisfacer la demanda de la población
mundial, pero un 20% de todos los alimentos elaborados industrialmente
se pierde a causa del almacenamiento o despilfarro.
LA
TRAMPA ENERGÉTICA
Pero,
para producir y procesar alimentos se requiere cada vez más energía.
Toda la producción industrial demanda más y más energía en todos y
cada uno de sus procesos, por lo que cada vez se produce más y más
energía. Cada vez hay más casas y cada vez cada hogar posee más y más
artefactos eléctricos que consumen más y más energía. Cada vez hay más
población, por lo que se producen cada vez más coches y aunque sean de
menor consumo, la cuantificación empuja para que la quema de
hidrocarburos total anual siga creciendo, a lo que se suma el
crecimiento de países antes subdesarrollados como India y China, cuyos
habitantes al lograr el nivel adquisitivo propio de la clase media
compran más y más coches… Existe una doble demanda de la energía:
industrialización y superpoblación en una ecuación combinada trágica
para la conservación del equilibrio ecológico mundial sobre el
planeta. La demanda de energía crece a una tasa también exponencial
explosiva.
En
el 2020 se llegará al pico máximo de producción de petróleo, luego
vendrá la consecuencia que es la caída de producción y el agotamiento
de los pozos para el 2050. En 1980 se había agotado el 20% de la
reserva total de hidrocarburos ¿Qué pasó?: la demanda se multiplicó
y durante la primera década del Siglo XXI duplicó la de la década
anterior. En la medida que la demanda de energía creció, todo empujó
para quemar hidrocarburos en mayor cantidad y en menor tiempo, tendiendo
al agotamiento del recurso en menor lapso. Así, para el 2050, en menos
de una generación, el combustible fósil que necesitó centenares de
millones de años para almacenarse, habrá desaparecido, junto con toda
su industria petroquímica, dejando la herencia de un grave efecto
invernadero, hoy por hoy, irreversible e incontrolable. No importa
mediante qué fuente reemplacemos al petróleo, la cuestión es que
seguiremos usando más y más energía, por lo que continuaremos
aumentando la contaminación de la superficie terrestre con más y más
calor.
Si
Antártida se descongela a partir del incremento de la temperatura
promedio global, en sólo 2 grados positivos, puede activarse la bomba
de metano submarino ártico, liberándose este gas 30 veces más
efectivo en efecto invernadero que el CO2 a la atmósfera y haciendo
ascender la temperatura global 6º y 12º en los polos, los océanos
pueden ascender entre los 70 a 80 metros. Y seguidamente, aumentará el
vapor atmosférico, reteniendo con mayor eficiencia que los gases de
efecto invernadero, la radiación infrarroja de onda más corta emitida
por la Tierra y la producida industrialmente. La densa capa de nubes
podría hacer luego imposible la continuidad de la Vida sobre el
planeta. Ya estamos en camino hacia un proceso acelerado de extinción
masiva de todas las especies. Ahora, si quemamos más carbón, en
reemplazo del petróleo, como planean hacer Estados Unidos, Inglaterra y
China, produciremos más anhídrido carbónico incoloro e inodoro, de
todavía mayor efecto invernadero que el CO2. Al igual que la
superpoblación, esta es una historia que también anuncia que acabará
mal.
LA
DEMENCIA DEL GASTO EN ARMAS
En
1980 la ONU informó que el mundo gasta U$S 1 millón por minuto en
armamento. 525.600 millones al año. Dinero suficiente para que nadie
muera de hambre y para atender toda la demanda de la Infancia y Niñez
en Riesgo. El arsenal nuclear que ha sobrevivido a los tratados de
limitación de armamento de esta clase, equivale a 20 mil millones de
toneladas de TNT, es decir 3,3 toneladas por persona.
Esta
lógica de las superpotencias se denomina “Destrucción mutuamente
asegurada” MAD (que en inglés significa loco), la paz mediante la máxima
amenaza terrorista mutua. Pero una crisis internacional puede quebrar el
miedo a esta amenaza y desencadenar un holocausto nuclear entre las
superpotencias, como aconteció durante la crisis de los misiles cubanos
en la administración Kennedy.
Analizando
la historia, puede predecirse un comportamiento de una inestabilidad política
mundial severa cada ciclo de 6 años, con un 95% de posibilidades de
paz. Hay una posibilidad entre 20 de que estalle una guerra. En 17
inestabilidades la posibilidad de guerra asciende al 85%. Es decir, en
102 años. El dato nos ubica en el año 2047, contados a partir de 1945,
fecha en que se lanzó la primera bomba atómica sobre Hiroshima y
Nagasaki.
Si
queremos evitar esta posibilidad, la única alternativa viable y
definitiva es el desarme nuclear global, poniendo fin a décadas de
terrorismo nuclear de las superpotencias integrantes del selecto grupo
del Club Nuclear, sobre el resto de las naciones y población mundial
nuclearmente desarmadas e indefensas. Debemos pasar inteligentemente de
la destrucción mutuamente asegurada, a la supervivencia mutuamente
asegurada.
Y
ahora, también los genes están cambiando en el patrón de población.
Con la medicina sobreviven los más fuertes y los más débiles, que
también se reproducen. Se han abiertos caminos para la reproducción
genética degenerativa. Esto puede conducir a un callejón sin salida a
la evolución humana dentro de algunos pocos siglos. Pero, antes el gene
(ADN) y el medio ambiente gobernaban la evolución, ahora están bajo
control de la inteligencia humana. La reproducción podría ser sometida
y direccionada.
LA
SOLUCION: NATALIDAD = 0, DURANTE 20 AÑOS
Si
hoy y ahora, primera década del Siglo XXI, mil millones de seres
humanos padecen hambre sobre el planeta, esto equivale a más de 1/7 de
población total. No es un problema de distribución de alimentos
solamente, sino de límite sobre la capacidad de producción.
La
tasa de reproducción humana ha sobrepasado el límite de producción/año
de alimentos. Y, para el 2050, se calcula que la población mundial será
en torno a los 15 mil millones de seres humanos, si se toma una tasa de
crecimiento vegetativo del 2%. Si la tecnología alimentaria no
evoluciona más, porque se encuentra en su límite, y se mantiene
entonces estable, 4/5 partes de la población total futura estará
condenada a pasar y morir de hambre. A esto se añade que, si se hace un
esfuerzo inteligente y a tiempo, de aumentar la masa arbórea de bosques
del planeta, para extraer naturalmente el CO2 excedente y libre en
nuestra atmósfera, gas de efecto invernadero que es el principal agente
causante del Calentamiento-Inundación Global, habrá menos tierras
donde cultivar y criar ganadería. Y, si esto se repite en los océanos,
para que los caladeros mundiales sometidos a sobrepesca se recuperen,
disminuirá la tasa total de producción de alimentos.
Todo
indica que a más nacimientos a futuro, será mayor el dolor y
sufrimiento resultantes para casi todos. La solución racional es
inducir, en forma controlada, una estabilización de población hacia
los 5 mil millones de habitantes primero, que es el número demostrado
que el planeta puede sostener con calidad de vida y tender a una reducción
sistemática del exceso de población con tendencia hacia los mil
millones para el 2100.
Para
hacer esto en forma lógica, ordenada y coherente, no se deberán tener
más hijos durante un período mínimo de 20 años. Suponiendo que esto
se decida mundialmente en el 2012/14, recién en el 2030 se podrá
volver a tener hijos naturalmente por vía biológica, procurando que la
tasa de nacimientos se equilibre con la de decesos. Esta supresión de
hijos durante 20 años reducirá y controlará la superpoblación y la
estabilizará, junto con la reducción en la demanda de recursos
naturales estratégicos no renovables y renovables pero limitados.
El
consumo tenderá así a equilibrarse, la demanda de más energía
disminuirá y se volverá a normalizar la ecuación entre densidad total
de población humana y disponibilidad de recursos naturales vitales.
Asimismo, la lógica de las ciudades urbanas de la primera década del
Siglo XXI deberá ser reemplazada, dado que es la causa principal en el
sobreconsumo y derroche de la energía, como en la contaminación y
depredación del medio ambiente que le ofrece soporte.
Esta
decisión de Natalidad = 0 durante 20 años, es la única opción
racional posible. Entre el dolor de no poder tener hijos libre y
voluntariamente, o empujarlos a morir materialmente de hambre para el
2050, que es mañana, la primera elección se presenta como la menos
dolorosa, la más racional y humanamente aceptable por todos.
Sólo
hay que examinar los números para comprender la necesidad y la realidad
de esta decisión que deberán asumir todos los gobiernos responsables
del planeta y en breve, porque la situación global en crisis y en
expansión geométrica no permite ya desperdiciar más tiempo. O se hace
esto o se condena a 15 mil millones de seres humanos, de acá al 2050, a
morir de hambre y llevar la civilización a un punto de quiebre total e
irreversible, junto con una posibilidad de 85% de guerra nuclear y un
descongelamiento antártico del 100% y una posibilidad de extinción
masiva de toda forma de vida sobre el planeta del 50% para ese mismo año
2050.
Un
mundo finito no puede soportar población con tendencia de crecimiento
explosivo infinito. No poseemos la tecnología ahora y casi seguro no la
tendremos en el 2050 para proceder a saltos interestelares y colonizar
así planetas extrasolares. Si no queremos morir de hambre en un 75% de
posibilidades concretas, o comernos los unos a los otros para
sobrevivir, debemos cambiar ya de hábitos en forma radical.
Es
posible que formas de pensamiento medioeval o bíblicas se rasguen las
vestiduras ante esta declaración. Bueno, si tienen tanto contacto
directo con Cristo, que enseñen a todos a multiplicar panes y peces, a
convertir agua en vino, sopa y todo lo que sea comestible, o callen para
siempre. Porque el milagro de la tecnología tiene límite, el planeta
tiene límite. La naturaleza no inventó la muerte biológica en forma
incoherente, lo hizo para asegurar la ecuación de equilibrio sobre el
mundo natural. Si las moscas no murieran, desde que aparecieron sobre la
Tierra, ya cubrirían la superficie como un denso manto sobrepasando la
órbita lunar.
La
Defensa del Derecho a la Vida se convierte en una causa injusta cuando
el ejercicio de tal derecho se transforma en la total certidumbre de la
condena a morir de hambre para esa nueva vida, a no desarrollarse y
sobrevivir en circunstancias humanamente indignas. Si no podemos
garantizar la calidad de vida de la superpoblación futura, es un pecado
material y de conciencia no detener el mecanismo de tal superpoblación.
El derecho a nacer está condicionado por la obligación de vivir en
condiciones humanas justas y dignas. La población humana de la Tierra a
futuro deberá adecuarse a la abundancia y sustentabilidad de los
recursos vitales que posea el planeta, ni más ni menos.
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